Resiliencia es la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Cuando un sujeto o grupo es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos o incluso resultar fortalecido por éstos.
Actualmente este tema se aborda desde la psicología positiva la cual se centra en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos y no en sus debilidades y patologías, como en la psicología tradicional.
Resiliencia y desempleo:
Yo hoy me voy a centrar en esta capacidad desde el punto de vista laboral y más concretamente de pérdida de empleo.
Muchos trabajadores pasan por situaciones complicadas a lo largo de su vida profesional y una de las más complicadas, si no la más complicada, es encontrarse, de repente, en situación de desempleo.
En esta difícil situación se ha de tocar fondo para luego alzar el vuelo cual Ave Fénix, pero no todo el mundo es capaz de retomar el vuelo a la misma velocidad, no todo el mundo es capaz de “echarle un par de …” y tirar para adelante después de que todo se derrumba y no todo el mundo invierte el mismo tiempo en salir a flote después del naufragio.
Así, cada cual deberá marcar sus tiempos y hacer, a su ritmo, el duelo que supone la pérdida de trabajo para que sea lo menos lesivo posible. He puesto de forma premeditada lo de “lo menos lesivo posible” porque es imposible que no lo sea en alguna medida.
Situaciones como el desempleo minan a la persona en algo más que el aspecto económico y profesional, le minan como persona, como hombre o mujer con una valía personal, le minan como amigo, como familiar, como pareja hasta llegar en algunos momentos a casi anularle y no dejarle ver lo que tiene delante.
Y claro, este difícil marco no laboral lleva consigo el consejo “gratuito” de mucha gente de alrededor que se cree en posesión de la verdad absoluta y se alza con derecho a “aconsejar” cuando en la mayoría de los casos no tiene ni idea de qué va el tema, ni de la infinidad de sentimientos encontrados por los que estás pasando.
A esta gente hay que ponerla un poco en cuarentena, porque aunque casi siempre actúan bajo la mejor voluntad posible igual esa voluntad sería más beneficiosa si trataran de empatizar y no de prejuzgar aquello que no están viviendo.
“Se aceptan los consejos no así los juicios de valor”
Es como si te pones a opinar y a dar lecciones sobre divorcio cuando ni tan siquiera te has casado o como cuando te pones a elegir coche y, de repente, todo el mundo te aconseja sobre la marca, el color, la potencia y hasta sobre el número de airbags que te conviene tener y de los que, al parecer, tú no tienes ni idea. Resulta que tu amigo/cuñado/vecino reconvertidos en «consejeros cualificados del alma” compiten en conocimientos automovilísticos con el mismísimo Fernando Alonso y tú, cachisss, sin saberlo.
Pero dejemos al margen el comentario gracioso y volvamos al tema en cuestión y establezcamos que:
“a efectos de mantener la salud, habrá que poner en situación de aislamiento preventivo a los chupa-energía y roba sueños, a la gente tóxica, gris, pesimista y no empática que nos rodea”.
Pero para llegar a este punto hemos de haber cubierto previamente otra etapa que a mi entender es la fundamental y que no es otra que centrarnos en nosotros mismos, en lo que queremos ser y en lo que queremos conseguir, en ser conscientes del potencial que tenemos y por el que estamos dispuestos a luchar porque, ya lo decía Séneca (segunda vez que lo menciono en el Blog):
“no hay vientos favorables para los barcos que no saben hacia dónde van”
Así que, hasta que no definamos nuestros objetivos y a dónde queremos llegar no podremos iniciar ningún camino.
“¿Qué tomas para ser feliz? DECISIONES”
Pues eso, hazte un DAFO y apunta en un papel (o en tu Evernote o donde quieras) los puntos donde eres débil y por contra aquellos dónde eres el amo de la barraca. Investiga cuáles son tus puntos flacos y en donde puedes destacar y ponlo en marcha. GO ON.
Aléjate del victimismo, salta los obstáculos, afronta la realidad y supérate. Sé disciplinado y constante, no dejes de esforzarte porque te digan que ya es bastante, que ya está bien, no dejes de apostar por tus sueños, invierte lo que creas que has de invertir, tú eres el capitán de tu barco y tu mayor conquista es conquistarte a ti mismo. Recuerda que:
“lo que no te mata te hace más fuerte, tal como canta Kelly Clarkson a pleno pulmón”
Y lo que es más importante:
“Al final siempre sale el Arco Iris…es cuestión de que pase el chaparrón”
Os dejo por último un video de Javier Iriondo (un resiliente como la copa de un pino) con mucho mensaje.
¿Quieres compartir algún comentario sobre tus propias vivencias como resiliente? Yo encantada de escucharlas, leerlas.
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